La historia clínica electrónica explicada

La revolución digital ha transformado la asistencia sanitaria, además de prácticamente todos los demás sectores. Desde la telemedicina hasta los datos sanitarios digitales, los proveedores tienen ahora acceso a soluciones innovadoras que podrían hacer que la asistencia sanitaria sea más accesible y eficaz para todos. En algunos casos, se hace a través de avances tecnológicos monumentales a la más pequeña de las escalas, como la manipulación genética y la medicina molecular. En otros, se trata de partir de lo básico: convertir un sencillo historial de un paciente en una historia clínica electrónica (HCE), por ejemplo.

Pero ¿qué es exactamente una HCE? Básicamente, es una recopilación digital exhaustiva de los datos sanitarios de un paciente. La verdadera ventaja de las HCE frente a las historias tradicionales en papel es la facilidad de acceso. Gracias a la HCE, la información se desplaza con el paciente y se puede consultar electrónicamente, ya sea por un especialista, un hospital o una residencia de ancianos, e incluso entre fronteras.

Un sistema de HCE puede revolucionar la asistencia sanitaria tanto para los pacientes como para los proveedores. Al centralizar la información y promover una colaboración fluida entre los distintos profesionales, las HCE fomentan un enfoque de la asistencia sanitaria más centrado en el paciente.

Aquí analizamos qué es una HCE, sus beneficios y desafíos, y cómo las Normas Internacionales pueden ayudar a facilitar a los profesionales sanitarios el uso de sistemas de HCE.

Índice

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¿Qué es una HCE?

Una historia clínica electrónica (HCE) es un repositorio digital de la información médica de un paciente que documenta todo su recorrido sanitario en tiempo real. Todo, desde los diagnósticos, el historial médico, los medicamentos y las vacunas, hasta las radiografías, los resultados de laboratorio y las notas clínicas, se actualiza automáticamente para que los médicos y proveedores dispongan de la información más reciente cuando accedan a la HCE de un paciente.

¿En qué se diferencian las HCE de los historiales médicos electrónicos (HME)? En pocas palabras, los HME son una versión digital de un gráfico en papel. Contienen el historial médico y de tratamiento del paciente en un entorno sanitario. La historia clínica electrónica va más allá. Más que las notas de un único proveedor de asistencia sanitaria, las HCE también incluyen una serie de funcionalidades (que se describen a continuación) y puede compartirse entre varios proveedores, como laboratorios y especialistas. En otras palabras, las HCE ofrecen la historia completa del recorrido sanitario de un paciente a través de proveedores, entornos, tratamientos y afecciones.

Existen dos tipos de sistemas de HCE: para pacientes hospitalizados y para pacientes ambulatorios. Los sistemas de HCE para pacientes hospitalizados se adaptan a los entornos hospitalarios y se centran en la interoperabilidad entre los distintos departamentos. Por otro lado, los sistemas de HCE para pacientes ambulatorios están pensados para consultas médicas más pequeñas. Denominadas en ocasiones HCE ambulatorias, estos sistemas incluyen funcionalidades para agilizar las citas, las recetas y la facturación.

Componentes clave de un sistema de HCE

Cada sistema de HCE está formado por una red de componentes:

  • Información sanitaria del paciente: en el corazón del sistema de HCE se encuentra un registro digital detallado que incluye historiales médicos, registros de diagnóstico y detalles de la medicación.
  • Sistemas de introducción de solicitudes: permiten solicitar ensayos, medicación y tratamientos por vía electrónica, lo que simplifica los flujos de trabajo antaño complicados.
  • Sistemas de apoyo a la toma de decisiones: estos sistemas brindan recomendaciones basadas en pruebas a los profesionales sanitarios y les facilitan información crucial cuando la necesitan.
  • Protocolos de seguridad: los estrictos protocolos de acceso garantizan que la información de los pacientes se almacene de forma segura y confidencial, accesible solo a las personas autorizadas.
  • Herramientas de comunicación: facilitan la coordinación entre facultativos, laboratorios y farmacias, lo cual garantiza un enfoque unificado del tratamiento del paciente.

Ventajas de la historia clínica electrónica

Al brindar a los profesionales sanitarios un acceso sencillo a información completa y actualizada de los pacientes, las HCE ahorran mucho tiempo que se perdería rellenando los espacios en blanco de las historias de los pacientes y a investigar los posibles riesgos del tratamiento. Estos registros digitales permiten una toma de decisiones informada y planes de tratamiento personalizados, al tiempo que impulsan la implicación del paciente al empoderar a las personas para que accedan a su propia información sanitaria, se comuniquen con sus proveedores sanitarios y participen activamente en su asistencia.

La historia clínica electrónica también ofrece importantes ventajas en el ámbito administrativo. Centralizar las historias de los pacientes en formato digital ayuda a reducir la duplicación de tareas, disminuye el riesgo de error humano y facilita a los proveedores la coordinación y la prestación de la mejor asistencia. Es más, con el tiempo, un sistema de HCE bien gestionado puede suponer un ahorro sustancial de costes al reducir los gastos relacionados con el papel, minimizar los gastos administrativos generales y evitar costosos errores médicos. Al agilizar los flujos de trabajo y optimizar los recursos, las HCE contribuyen a un sistema de prestación de asistencia sanitaria más sostenible y rentable.

Por último, las HCE pueden ayudar a hospitales y proveedores a proteger la información confidencial de los pacientes frente a vulneraciones o accesos no autorizados, ya que se aplican sólidas técnicas de cifrado, controles de acceso y pistas de auditoría.

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Desafíos a la implantación de la HCE

Los proveedores sanitarios pueden enfrentarse a desafíos considerables a la hora de implementar un sistema de HCE en una clínica u hospital:

  • Vulneraciones de seguridad: si bien el cifrado y la ciberseguridad ofrecen protecciones sofisticadas para garantizar la privacidad de la HCE, los registros digitales siempre conllevan un riesgo de vulneración. Los proveedores deben garantizar que su transición de los métodos tradicionales de registro a las HCE pueda sustentarse en medidas de seguridad adecuadas y conformes con la normativa, de modo que los pacientes puedan continuar su recorrido sanitario con confianza.
  • Limitaciones de almacenamiento de datos: los sistemas de almacenamiento digital deben ser lo suficientemente robustos y escalables como para dar cabida a ingentes cantidades de datos de pacientes. Gestionar estos requisitos al tiempo que se garantiza la accesibilidad y la integridad de los datos puede suponer un desafío importante durante el proceso de transición.
  • Incoherencias en los datos: al igual que con cualquier tecnología, sigue existiendo el riesgo de error. Las imprecisiones en las historias de los pacientes pueden deberse a errores de introducción manual, información obsoleta o diferencias en las normas de codificación. Abordar y rectificar estas discrepancias es esencial para mantener la integridad y exactitud de los datos de los pacientes y garantizar que los profesionales sanitarios tengan acceso a información confiable y oportuna para la toma de decisiones clínicas.
  • Interoperabilidad: es posible que los proveedores de asistencia sanitaria utilicen distintos programas de HCE que no se comuniquen o no compartan datos a la perfección. Es algo que podría provocar disrupciones en la atención al paciente.
  • Costo: implementar las HCE requiere una inversión financiera considerable, que incluye la adquisición de programas de HCE, la actualización del hardware, la capacitación y el mantenimiento continuo. Estos gastos afectan sobre todo a los centros más pequeños.
  • Capacitación y apoyo: la transición a un sistema de HCE requiere que los proveedores y el personal sanitario adquieran nuevas habilidades y se adapten a tecnologías desconocidas. Una capacitación exhaustiva, así como el apoyo posterior a la implementación, son esenciales para garantizar que el personal domine el uso de las HCE.

Transición a las HCE

Los proveedores que ansían hacer la transición a la historia clínica electrónica pueden superar estos desafíos de varias maneras. Lo primero es planificar con antelación. Tras una evaluación exhaustiva de las necesidades, los flujos de trabajo y los objetivos específicos de una organización, los proveedores pueden ponerse manos a la obra para seleccionar el sistema de HCE adecuado. Evaluar a los distintos proveedores en función de factores como la funcionalidad, la facilidad de uso, la interoperabilidad y la escalabilidad es el primer paso de ese itinerario.

Una vez que se ha seleccionado un sistema, un plan de implementación detallado en el que se esbocen los plazos, los hitos y los requisitos ayudará a garantizar una implantación sin problemas. Al mismo tiempo, también es importante tomar en cuenta factores como el presupuesto, la capacitación del personal, la migración de datos y los posibles cambios en el flujo de trabajo. La planificación previa empodera a los proveedores para anticiparse a los desafíos y mitigar los riesgos, estableciendo las etapas para un proceso de transición sin problemas.

Superados estos dos obstáculos, es importante comunicar al personal los cambios que se avecinan, cuanto antes mejor. Es especialmente importante saber qué opinan sobre la facilidad de uso y conocer su experiencia a lo largo del proceso de transición, de modo que cualquier punto crítico pueda abordarse desde el principio. Invertir en la capacitación del personal aumentará la confianza de los usuarios, minimizará la resistencia al cambio y garantizará que el nuevo sistema beneficie tanto a pacientes como a profesionales.

Por último, es primordial dialogar con la parte interesada más importante: los pacientes. Una comunicación abierta y transparente es esencial durante toda la transición a las HCE. Educar a los pacientes sobre las ventajas de la historia clínica electrónica y abordar cualquier preocupación que puedan tener sobre la privacidad de la HCE, la seguridad o los cambios en la experiencia de la asistencia sanitaria generará confianza, reducirá la ansiedad y promoverá la implicación en el uso de las HCE.

Uso de las Normas para una transición fluida

Para implantar, probar y adoptar con éxito las HCE necesitamos que profesionales sanitarios , pacientes y responsables políticos colaboren. Las Normas Internacionales pueden facilitar esta colaboración. Una de estas normas, ISO 13606, fue desarrollada por un grupo de expertos internacionales para facilitar el intercambio seguro y sin fisuras de información sanitaria entre varios sistemas de HCE o entre un sistema y un repositorio de datos centralizado. Estas normas pueden promover la interoperabilidad, agilizar el intercambio de datos y mantener la confidencialidad y la integridad de la información sanitaria de los pacientes.

El futuro de la asistencia sanitaria

Si bien la migración de las historias en papel a un sistema de HCE supone algunos desafíos, las ventajas son indiscutibles. Implantar un sistema de HCE es un paso clave hacia la modernización de la asistencia sanitaria. Estas historias digitales ofrecen una visión completa del recorrido sanitario del paciente, lo que se traduce en mejores desenlaces clínicos, procesos más ágiles y ahorro de costos a largo plazo. A medida que avance la tecnología, las HCE seguirán evolucionando, dando forma al futuro de la asistencia sanitaria y al modo en que interactúan pacientes y proveedores.